CARACAS.- El premio al Jugador Más Valioso de la LVBP posee una naturaleza diferente a los otros galardones. No se trata de rendirle honor al mejor bateador o al jugador más completo. El objetivo del premio es brindarle un reconocimiento público al jugador que más influyó para que su novena lograse el objetivo primario de la temporada regular: clasificar.
Este año, tres jugadores pertenecientes a equipos clasificatorios parecen haber captado la atención del debate.
Los dos primeros comparten melenas y características de sluggers. Josh Kroeger y Jesús Guzmán no sólo conformaron el mejor uno dos de la LVBP (entre ambos remolcaron 88 carreras, cifra tope para cualquier pareja en la LVBP). Estuvieron además compitiendo, de manera simbólica, durante todo diciembre por el título al mejor bate dentro de la alineación caraquista.
"Nunca hubo tal competencia", corrige Guzmán quien quedó como líder remolcador de la pelota local con 52 rayitas (segundo zafra en tres años con más de 50 fletadas). "Tener a Kroeger en el equipo, de la forma como bateó fue crucial. Siempre estaba en base y por eso cada vez que bateaba tenía la oportunidad de remolcar".
Al final de la campaña, los numeritos de "La Pesadilla" Kroeger fueron un poco más brillantes. A pesar de haberse incorporado a los capitalinos a principios de noviembre el jardinero lideró los departamentos de AVG (.370), OBP (.481) y SLUG (.671) de la pelota local con una notable ventaja sobre sus competidores. De hecho, según el columnista de Líder Carlos Daniel Corredor, el siniestro quedó empatado con Luis Jiménez con 31.2 carreras producidas sobre reemplazo (RAR). Jesús Guzmán quedó aún distante décimo lugar con 14.35.
"De verdad ambos merecen el premio. Menos mal no tengo el voto porque va a ser una decisión muy difícil", mencionó el mánager de los Leones Dave Hudgens desembarazándose de la escogencia.
Yo voy al mío
Julio Franco, mánager de Caribes de Anzoátegui, no piensa igual que su homólogo capitalino. Para él, el jugador Más Valioso de la campaña 2010-2011 debe pertenecer al "Pequeño Gigante" que sostuvo a la tribu y que junto a Juan Pablo Camacho y José Tábata cargaron la ofensiva de un equipo que terminó a sólo un juego de la punta en la temporada regular.
"Vean los números. El pequeño gigante lo hizo todo durante todo el año. Sin él no hubiésemos podido clasificar como lo hicimos", dijo el estratega sobre el inimitable Alexi Amarista.
A pesar de medir 1.69 de estatura, el infielder se las ingenió para descargar nueve cuadrangulares (segundo), y para escoltar a Luis Jiménez en el premio por el Remolcador del Año de la LVBP (240 puntos)
"El tema de los jonrones me ha agarrado por sorpresa porque si ves mis números en las menores jamás he sido un pelotero de botar la bola. Este año la pelota sencillamente ha salido más", dijo el criollo quien, según Franco, ha ofrecido además una solvencia defensiva envidiable en la segunda base.
Sin embargo, la temporada de Amarista no debería ser sorpresa. Ya el año pasado el anzoatiguense fue el único que le plantó resistencia a Ernesto Mejía por el Premio a Novato del Año. "De verdad es un honor. Estar considerado y estar siendo comparado con peloteros como Kroeger y Guzmán que tanto batean en esta liga. Sólo espero que gane el mejor. De todos modos si me dan a escoger entre el campeonato y el MVP, me quedo con el campeonato", dijo.
Amarista: Historia para emular
Alexi Amarista parece encarnar la esencia de los Caribes de Anzoátegui de este año. Siempre descartado, el hombre, como su equipo ha batallado contra la creencia popular y ha demostrado que el beisbol también lo pueden jugar los pequeños.
"Este año el equipo salió adelante con mucho pitcheo y con bateo oportuno. Pocos creyeron en nosotros y le demostramos a la mayoría que podíamos hacer más de lo que se pensaba. Ahora vamos por la final", dijo el barcelonés.
Dentro de los obstáculos que tuvo superar Amarista estuvo la muerte de su padre, asesinado por el hampa común el pasado 14 de noviembre. La tragedia, lejos de desmotivarlo, hizo del diamante el lugar en el cual Amarista descargaría frustraciones y le rindiera honor a su progenitor.
"Me concentré en jugar, En salir adelante. Le tengo que agradecer a mi familia, a mis amigos y a la fanaticada por tanto apoyo recibido. Sin ellos no hubiese podido hacerlo", dijo quien sumó seis de sus nueve jonrones y 25 de sus 34 CI después de perder a su padre.
Este año, tres jugadores pertenecientes a equipos clasificatorios parecen haber captado la atención del debate.
Los dos primeros comparten melenas y características de sluggers. Josh Kroeger y Jesús Guzmán no sólo conformaron el mejor uno dos de la LVBP (entre ambos remolcaron 88 carreras, cifra tope para cualquier pareja en la LVBP). Estuvieron además compitiendo, de manera simbólica, durante todo diciembre por el título al mejor bate dentro de la alineación caraquista.
"Nunca hubo tal competencia", corrige Guzmán quien quedó como líder remolcador de la pelota local con 52 rayitas (segundo zafra en tres años con más de 50 fletadas). "Tener a Kroeger en el equipo, de la forma como bateó fue crucial. Siempre estaba en base y por eso cada vez que bateaba tenía la oportunidad de remolcar".
Al final de la campaña, los numeritos de "La Pesadilla" Kroeger fueron un poco más brillantes. A pesar de haberse incorporado a los capitalinos a principios de noviembre el jardinero lideró los departamentos de AVG (.370), OBP (.481) y SLUG (.671) de la pelota local con una notable ventaja sobre sus competidores. De hecho, según el columnista de Líder Carlos Daniel Corredor, el siniestro quedó empatado con Luis Jiménez con 31.2 carreras producidas sobre reemplazo (RAR). Jesús Guzmán quedó aún distante décimo lugar con 14.35.
"De verdad ambos merecen el premio. Menos mal no tengo el voto porque va a ser una decisión muy difícil", mencionó el mánager de los Leones Dave Hudgens desembarazándose de la escogencia.
Yo voy al mío
Julio Franco, mánager de Caribes de Anzoátegui, no piensa igual que su homólogo capitalino. Para él, el jugador Más Valioso de la campaña 2010-2011 debe pertenecer al "Pequeño Gigante" que sostuvo a la tribu y que junto a Juan Pablo Camacho y José Tábata cargaron la ofensiva de un equipo que terminó a sólo un juego de la punta en la temporada regular.
"Vean los números. El pequeño gigante lo hizo todo durante todo el año. Sin él no hubiésemos podido clasificar como lo hicimos", dijo el estratega sobre el inimitable Alexi Amarista.
A pesar de medir 1.69 de estatura, el infielder se las ingenió para descargar nueve cuadrangulares (segundo), y para escoltar a Luis Jiménez en el premio por el Remolcador del Año de la LVBP (240 puntos)
"El tema de los jonrones me ha agarrado por sorpresa porque si ves mis números en las menores jamás he sido un pelotero de botar la bola. Este año la pelota sencillamente ha salido más", dijo el criollo quien, según Franco, ha ofrecido además una solvencia defensiva envidiable en la segunda base.
Sin embargo, la temporada de Amarista no debería ser sorpresa. Ya el año pasado el anzoatiguense fue el único que le plantó resistencia a Ernesto Mejía por el Premio a Novato del Año. "De verdad es un honor. Estar considerado y estar siendo comparado con peloteros como Kroeger y Guzmán que tanto batean en esta liga. Sólo espero que gane el mejor. De todos modos si me dan a escoger entre el campeonato y el MVP, me quedo con el campeonato", dijo.
Amarista: Historia para emular
Alexi Amarista parece encarnar la esencia de los Caribes de Anzoátegui de este año. Siempre descartado, el hombre, como su equipo ha batallado contra la creencia popular y ha demostrado que el beisbol también lo pueden jugar los pequeños.
"Este año el equipo salió adelante con mucho pitcheo y con bateo oportuno. Pocos creyeron en nosotros y le demostramos a la mayoría que podíamos hacer más de lo que se pensaba. Ahora vamos por la final", dijo el barcelonés.
Dentro de los obstáculos que tuvo superar Amarista estuvo la muerte de su padre, asesinado por el hampa común el pasado 14 de noviembre. La tragedia, lejos de desmotivarlo, hizo del diamante el lugar en el cual Amarista descargaría frustraciones y le rindiera honor a su progenitor.
"Me concentré en jugar, En salir adelante. Le tengo que agradecer a mi familia, a mis amigos y a la fanaticada por tanto apoyo recibido. Sin ellos no hubiese podido hacerlo", dijo quien sumó seis de sus nueve jonrones y 25 de sus 34 CI después de perder a su padre.
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